30 nov 2008

Si me amanece hoy, es por ti
por la cándida sonrisa de esos,
tus ojos vivos.


Por esa mueca de Otoño que esculpes
cuando te suelto un te quiero.


Llena eres de divina gracia
mi María de alas anchas,
donde cabe un regimiento de glotones.


Por que ahuyentas a los diablos mancos
de mi pecho.


Arrúllame con la cadencia de tus
memorias felices, con la quietud
de tus besos francos.


Entre todas las mujeres, bendita eres tú...