22 oct 2009


Por alguna extraña razón estoy en esta vida, cuando me amilano, mastico el verbo sufrir con las consecuencias de su tiempo futuro.

Por un insólito resumen de caricias, respiro esta humanidad incipiente y escucho a la gente murmurar qué es la vida; triunfos, dinero, filosofías muertas, libros, piquetes de mosco, semen marchito, cervezas frías, masaje en los pies, chocolate y sexo, mujeres de ojos grandes, un traje sastre color gris...


Por la conjura de un liquido y el útero, piso el lodo de este mundo, dedico 30 minutos a mis tareas diarias, cepillo arriba, cepillo abajo, mantengo mi mano ocupada a ritmo, secuestro los olores de la muerte y me dedico a consagrar la imagen de los ecos.


Por un deceso de ideas, hoy definitivamente no estoy aquí...