30 abr 2009


Tuve un sueño extraño, todo comenzaba en un lugar también extraño parecido a la luna, con piedras enormes y porosas, de figuras caprichosas. La musica que se escuchaba de fondo era como una banda sonora hecha por Portishead.

Me la pasaba flotando de montaña en montaña con pasos chiquitos alcanzaba sus picos, unos llenos de hielo, otros llenos de magma, otros de colores café rojizo y un verde esmeralda que manchaba mis pupilas.

La música seguía y me llevaba volando a un cráter por el cual según me contaron se llegaba al centro de la tierra, curiosamente no pude bajar. Por el deseo de subirme a una ballena negra y saltar de una cascada dibujando memorias.

Al llegar al fondo, me despedí de mi amiga la ballena y un caballo de crines blancos me recibió con un frío relinchido (el cual pude ver como se congelaba en el aire), el caballo estaba en dos patas y dibujaba luces multicolores en el cielo, ríos, ríos azules, verdes, amarillos escribían la historia de esa tierra.

Lejos ya, el caballo me llevaba en su lomo a un lugar lleno de humo en donde se conjugaba el azul turquesa del suelo con el azul claro del cielo. Me sorprendió ver que el tiempo no caminaba ya que era muy tarde para haber sol, casi las 3 de la mañana y aún podía observa a kilómetros y kilómetros.

Unas horas después de sumergirme en una poza natural de agua caliente, perdí el conocimiento y de repente me encontré en una ciudad pequeña, con casas de madera, con ventanales amplios, sin protecciones en las puertas, las calles limpias y un orden casi perfecto en la sincronización de las miradas citadinas.

En dicho lugar la gente comentaba los problemas que tenían, un asesinato hace dos años, unos cuantos atracos violentos hace dos meses, tres violaciones, 500 gramos de hashis confiscados, un joven lanzando frutas podridas al parlamento, una crisis económica la cual veían con optimismo su pronta recuperación.

Algo distrajo mi mirada y voltee súbitamente hacia el lado izquierdo, en donde un grupo de muchachas volaban con sus alas de hielo por el centro, el aura era color azul y sus ojos irradiaban una belleza azul también, la piel destellante de color blanquecino, como cubiertas de nieve, mis ojos estuvieron perdidos por un momento.

De nuevo retomé la charla, la gente comentaba que aunque tenía problemas sus derechos
sociales eran inamovibles. Estaban gustosos que su democracia era real, dijeron que tenían una primer ministro lesbiana, ¿Mujer y lesbiana? pregunté, dijeron SÍ.

En aquél lugar toda la gente sabía leer
(leían tanto que necesitaban imprimir muchos libros) y de la civilidad al manejar, de usar la bicicleta o caminar para no contaminar, de cuidar a los niños y los ancianos, de pagar los sueldos completos y los jefes en las empresas de escuchar a los trabajadores cuando tenían algún problema, además en donde las clases sociales no estaban tan marcadas y un obrero podía ir a vacacionar a Londres, Paris, España, Caribe Mexicano o algún lugar del norte de Europa.

Las mamás dejaban a sus bebés en su carreolas afuera de sus departamentos y de los restaurantes, los niños jugaban hasta las 11 de la noche fuera de casa y curiosamente caminaban solos a la escuela.

Parecía un paraíso, un paraíso del cual aún pienso si fue un sueño que viví o se encuentra en algún lugar de mi inconsciente que quiere despertar.

Should I stay or Should I go?


1 comentario:

kirabrilla dijo...

Hombre angustiado, por otros problemas. Disfruta tu vida tal cual es, porque lo que los demás digan solo llena la cabeza!!!