8 jun 2009


El ciclo del furibundo está completo, entre llamadas distantes de miedo me esmero en vomitar mares de angustia uno por uno, cada litro lleno de estiércol, de penas sin auxilio, de cerveza, de las palabras que se secaron antes de caer al piso.

Atizando la culpa, haciendo de ella una elocuente figura de cenizas perplejas, mi vida, en dónde queda, vida de perro, vida de nada, de nadie, de soledades oscuras, muecas apopléjicas. Perdiciones que me putean el pecho, que duelen, que amargan mis ojos por un llanto que arde, que sangra en forma de calle, de río, de cabellos de mujer.

Gemido que taladra, que ahuyenta sonrisas, instante de demonios de cola larga, adustos, eternas emociones mancas, auxilio de los desesperados, no llega!, no marca el ritmo ni el paso, me sumerge en una bacinica, en lo onírico del deseo.

Me veo, mancha intestinal, con los ojos atados a la boca y la boca en los ojos amoratados, sin respirar, nada en su sito, boca en ojos, lengua en oídos, nariz oliendo mierda parado en la orilla de la locura, elogiando manchas blancas en el piso.

Cómo rompo mi garganta, cómo escupo amarillo de tristezas, amaso figuras de nubes en la cama de la vileza, nombres de mujeres, de perros ahogados, de putas mojadas de miseria, los ojos de mamá y las notas de papá en su conjura por hacerme nacer.

Me estampo en un chillido de marrano, subversivo, siempre amilanado por el misterio de la cucaracha que tiene su nido en mi cavidad torácica, se llama como tú, una frase subjetiva que se pudre en mi lengua. Se llama miedo, angustia, como tú, desecho de carne.

¿Niñoooo?, ¿en dónde está el niño?, pequeño, no tengas miedo a lo oscuro, no hay monstruos, ya no te comen. Ven… siéntate aquí, te contaré un cuento de rubias hadas y deseos ácidos, llora, remoja tus tristezas en agua de corazón, brinca para abajo, no veas, de repente las alas vendrán por ti.

Respira aire de soles, vive el amor invidente, remienda tu alma con hilo y aguja invisible, perdona tus palabras, tus ecos imberbes, entiérralos en sacos viscerales, a la basura.



1 comentario:

Anónimo dijo...

trágico... algo tienen tus letras que me transportan a soledad, calles sin rumbo, callejones sin salida!!! ánimo mi bebé... espero no sea proyección.