22 ago 2008


Lee mis labios con la cadencia de un impromptu.

Desbarata lo rojo de su cuerpo,
muérdelos con tus afilados frontales
como si fueran comida de coyotes.

¡SALVAJE!

Sana las venas de mi línea blanca
con tu dedo húmedo moja mis palabras muertas, escribana de biblias pecadoras.

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